Hablemos de los Jack russell terrier

Al elegir comida para un Jack russell terrier, son muchos los factores que considerar: su edad, estilo de vida, nivel de actividad, estado físico y de salud, incluidas posibles enfermedades o sensibilidades. Los alimentos proporcionan energía para suplir las funciones vitales del perro y una fórmula nutricional completa debe contener un equilibrio ajustado de nutrientes para evitar cualquier deficiencia o exceso en su dieta, los cuales podrían tener efectos adversos en el perro. Conviene que haya disponible agua limpia y fresca en todo momento para respaldar una buena regularidad urinaria. En climas cálidos, y especialmente cuando haga ejercicio, lleva agua y haz descansos frecuentes para que tu perro sacie la sed. Las siguientes recomendaciones son para animales saludables. Si tu perro tiene problemas de salud, consulta al veterinario, que le recetará una dieta veterinaria exclusiva.

Las necesidades energéticas de un cachorro de Jack russell terrier, en términos de energía, proteínas, minerales y vitaminas son mucho mayores que las de un adulto. Necesitan energía y nutrientes para mantener su cuerpo, pero también para crecer y formarse. Hasta no tener 10 meses de edad, el sistema inmunológico del cachorro de Jack russell terrier se desarrolla gradualmente. Un complejo de antioxidantes, incluida la vitamina E, puede ayudar a respaldar sus defensas naturales durante esta época de grandes cambios, descubrimientos y nuevos encuentros. Sus funciones digestivas también son diferentes de las de un adulto de Jack russell terrier: su sistema digestivo todavía no madura, por lo que es importante proporcionarle proteínas altamente digeribles que se utilicen de manera eficaz. Los prebióticos, como los fructooligosacáridos, respaldan la salud digestiva al ayudar a equilibrar la flora intestinal, lo que da como resultado una buena calidad de las heces.

Del mismo modo, los dientes de un cachorro (comenzando con los dientes de leche, o primeros dientes, luego los dientes permanentes) son un factor importante que debe tenerse en cuenta al elegir el tamaño, forma y dureza de la croqueta. Esta fase intensa de crecimiento también requiere mayor energía, por lo que el alimento debe tener un alto contenido energético (expresado en Kcal/100g de alimento), mientras que las concentraciones de todos los demás nutrientes también serán más altas de lo normal en un alimento especialmente formulado para el crecimiento. Se recomienda dividir la porción diaria en tres comidas hasta que tengan 6 meses, y luego cambiar a dos comidas al día.

A lo largo de su vida, es importante evitar incluir alimentos para humanos o bocadillos grasos en su alimentación. En su lugar, recompensa a tu perro con croquetas tomadas de su asignación diaria de comida y sigue estrictamente las pautas de alimentación escritas en el paquete para evitar que gane un peso excesivo.

Los principales objetivos nutricionales para los Jack russell terrier adultos son:

mantener un peso corporal ideal mediante el uso de ingredientes altamente digeribles y un nivel razonable de contenido de grasa.

preservar la salud y la belleza de la piel y del pelaje con el agregado enriquecido de ácidos grasos esenciales (especialmente EPA-DHA), aminoácidos esenciales y vitaminas B.

En la edad adulta, los perros de razas pequeñas están expuestos a trastornos bucales y dentales, especialmente a la acumulación de placa dental y sarro. Los dientes y las mandíbulas del Jack russell terrier necesitan mucha protección. Una fórmula que contenga quelantes de calcio ayudará a reducir la formación de sarro y a respaldar la higiene bucal diaria. Los perros de razas pequeñas son bien conocidos por ser muy quisquillosos con la comida. Su apetito se verá estimulado por la fórmula y los aromas exclusivos, así como por un tamaño de croqueta con una textura especial.

Los perros de razas pequeñas son propensos a las piedras urinarias, por lo que se recomienda realizar una dieta compatible con un sistema urinario saludable.

Para los Jack russell terrier que viven principalmente en interiores, las proteínas altamente digeribles, un contenido de fibra apropiado y fuentes de carbohidratos de muy alta calidad ayudarán a reducir el olor y el volumen fecal. Dado que un estilo de vida de interior suele significar menos ejercicio, un contenido calórico adaptado, que satisfaga las necesidades energéticas reducidas, y una dieta que contenga L-carnitina, que promueve el metabolismo de las grasas, puede ayudar a mantener un peso ideal. Además de un estilo de vida de interior, la castración de machos también es un factor en los perros con sobrepeso.

Tras cumplir los 8 años, los Jack russell terrier comenzarán a enfrentarse a los primeros signos de envejecimiento. Una fórmula enriquecida con antioxidantes ayudará a mantener su vitalidad y un contenido de fósforo adaptado respaldará su sistema renal. El envejecimiento también va acompañado de cambios en la capacidad digestiva y en ciertas necesidades nutricionales, por lo que los alimentos para ejemplares de Jack russell terrier aún mayores deberán cumplir las siguientes características:

Mayor contenido de vitaminas C y E. Estos nutrientes tienen propiedades antioxidantes que ayudan a proteger las células del cuerpo contra los efectos nocivos del estrés oxidativo vinculado al envejecimiento.

Proteína de alta calidad. Contrario a un concepto erróneo ampliamente difundido, la reducción del contenido de proteínas en los alimentos trae pocos beneficios en la limitación de las fallas renales. Además, los perros mayores son menos eficientes en el uso de proteínas dietéticas que los perros más jóvenes. Reducir el contenido de fósforo es una buena forma de ralentizar el deterioro gradual de la función renal.

Mayor proporción de oligoelementos como hierro, cobre, zinc y manganeso para ayudar a mantener el buen estado de la piel y del pelaje.

Una mayor cantidad de ácidos grasos poliinsaturados para ayudar a mantener la calidad del pelaje. Los perros normalmente pueden producir estos ácidos grasos, pero el envejecimiento puede afectar este proceso fisiológico.

A medida que envejecen, los perros tienen más predisposición a padecer problemas dentales. Para asegurarse de que sigan comiendo en cantidades suficientes, el tamaño, la forma y la dureza de sus croquetas deben adaptarse a su mandíbula.