Síntomas de problemas digestivos en tu gato
Cuando se trata de problemas digestivos, los gatos pueden sufrir varias afecciones causadas por muchas cosas diferentes, por lo que saber reconocer los signos de un problema de este tipo puede ser útil para cuidar a un gato.
Tu gato tiene dificultad para comer o tragar
Si tu gato tiene una obstrucción en el esófago (como una bola de pelo), o los músculos de su esófago o estómago no funcionan correctamente, es posible que le cueste comer o tragar.
Lo notarás reacio a comer, lo que puede ser doloroso, y cuando lo hace puede ser difícil o tenso. Puede que regurgite la comida, es decir, devuelva los alimentos de forma pasiva, generalmente poco después de comer y sin previo aviso. Puede toser, lo que puede estar causado por alimentos no digeridos que le bloquean el esófago.
Tu gato vomita o tiene bolas de pelos
No es raro que los gatos vomiten de vez en cuando, especialmente si han comido algo que su cuerpo identifica como dañino. Si bien los gatos pueden vomitar por varias razones, los vómitos frecuentes, ya sea dos veces al mes o más, pueden indicar un problema más grave, como una infección, enfermedades inflamatorias o úlceras. Cuando tu gato vomite, devolverá alimentos que se han digerido parcialmente en el estómago o la bilis, a menudo bastante tiempo después de comer. Esto es diferente a la regurgitación, que es una reacción más pasiva e inmediata.
Si tu gato regurgita un bulto de pelo compacto y enmarañado, puede estar sufriendo con bolas de pelos. Estas se forman cuando el exceso de pelo ingerido durante el aseo forma cúmulos en el tracto digestivo del gato. Normalmente, tu gato digeriría y expulsaría estos pelos, pero, si hay demasiados, su cuerpo no puede hacerlo y entonces se forman bolas de pelos. Si bien los gatos de pelo largo son más susceptibles, este es un problema común de los gatos de interior, ya que pasan mucho más tiempo aseándose que los gatos de exterior. Algunos gatos no tendrán una bola de pelo completamente formada, pero tendrán pelo en su vómito.
Tu gato tiene diarrea
Al igual que el vómito, la diarrea puede ser señal de una enfermedad más importante que afecta a tu gato. Los veterinarios distinguen entre diarrea del intestino grueso y del intestino delgado, que se caracterizan por diferentes síntomas y diferentes causas.
Si tu gato tiene diarrea del intestino grueso, las deposiciones tendrán el mismo volumen o menor que lo normal en un momento, pero serán más frecuentes que lo normal y podrán incluir sangre o mucosidades. También puedes notar que las deposiciones son más blandas al final del día. Tu gato también mostrará la necesidad de defecar con urgencia y frecuencia.
La diarrea del intestino delgado de los gatos suele ser de gran volumen en un momento, puede tener una variación de color, como verde o naranja, y puede incluir alimentos sin digerir. Es posible que tu gato también sufra de vómitos, pérdida de peso y flatulencias.
Una de las dificultades de controlar las heces de tu gato es que puede salir afuera para evacuar sus intestinos. Si este es el caso, verifica si tiene heces alrededor del ano, ya que esto puede ser un indicador de diarrea, y vigila la frecuencia con la que sale.
Si notas alguno de estos síntomas en tu gato, es importante que lo lleves al veterinario para poder identificar la causa del problema y darle el tratamiento adecuado. Muchos problemas digestivos pueden aliviarse o controlarse con la dieta correcta específica para la sensibilidad digestiva. Por lo tanto, solicítale asesoría al veterinario sobre cuál es el mejor alimento para ayudar a la salud digestiva de tu gato.
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