Problemas de salud y síntomas de los cachorros

• El estrés de mudarse a un nuevo hogar.
• Una nueva dieta, especialmente si se introduce demasiado rápido.
• Comer algo que no deberían, como plantas de interior, basura, juguetes o cosas del suelo.
• Parásitos como los vermes (también llamados comúnmente como lombrices o gusanos).
• Enfermedades infecciosas como parvovirus.

Si tu cachorro tiene diarrea, lo mejor es anotar la fecha, la hora y la consistencia para que puedas monitorizarlo y compartir los detalles con un veterinario. Si es grave o no se pasa en uno o dos días, consulta siempre con tu veterinario.

La tos de las perreras es una enfermedad respiratoria muy contagiosa. Pasa de perro a perro a través del contacto directo u objetos compartidos, como comederos o bebederos. Por esta razón, se propaga particularmente rápido en entornos como protectoras, guarderías o exposiciones caninas.

 

El síntoma más común es una tos fuerte, seca, que puede ir seguida de arcadas. Otros síntomas incluyen secreción nasal, estornudos y secreción ocular. Los cachorros y perros más jóvenes con sistemas inmunes más débiles tienden a tener casos más graves de tos de las perreras, así que asegúrate de que tu cachorro está vacunado contra ella.

 

La sarna es una enfermedad de la piel que causa picazón severa y es altamente contagiosa. Está causada por los ácaros que se meten bajo la superficie de la piel y ponen huevos para crear más ácaros. Los perros suelen atrapar la sarna a través del contacto directo o compartiendo el lecho con otros perros. Pero un tipo menos común se transmite de madre a cachorro y brota si el sistema inmunológico del cachorro está debilitado.

Los síntomas de la sarna incluyen un intenso rascado, sarpullidos en la piel, pérdida de pelo y costras en la piel, lo que puede conducir a infecciones secundarias. El veterinario dispone de varios tratamientos para la sarna, y normalmente se puede eliminar en un mes.

El parvovirus es una enfermedad vírica altamente contagiosa. Provoca gastroenteritis severa y, a menudo, complicaciones hemorrágicas que pueden resultar fatales.

• Diarrea (posiblemente con sangre)
• Vómitos
• Fiebre
• Letargo
• Deshidratación
• Severa pérdida de peso o anorexia