Dirofilariosis, la enfermedad del gusano del corazón
El parásito es transmitido mediante la picadura de un mosquito, que deposita las formas larvarias en la piel del perro. Tras varios meses, estas larvas migran a los distintos órganos a los que afectan: pulmones y corazón, fundamentalmente, aunque también al hígado, al bazo, a la piel, al riñón, al cerebro y al ojo. En el corazón, como adultos, llegan a medir unos 30 centímetros y completan su ciclo reproduciéndose, descendencia que llega al mosquito cuando le pica y este continúa el ciclo.
Los perros con dirofilariosis suelen manifestar intolerancia al ejercicio, tos cardíaca, dificultad respiratoria, problemas hepáticos y/o renales, entre otros síntomas, que hacen sospechar de la enfermedad. Normalmente cursa de forma crónica y puede causar la muerte después de varios años; sin embargo, también puede tener un curso agudo y provocar la muerte en pocas horas.
Es una enfermedad muy extendida, más frecuente en áreas templadas y húmedas, donde los mosquitos son más abundantes. En España, las zonas más afectadas son Canarias, la cuenca del Ebro, Valencia y Huelva. Sin embargo, puede darse en cualquier zona de la península, lo cual se debemos tener en cuenta al viajar con el perro.
La dirofilariosis tiene tratamiento, pero es más sencilla y segura su prevención con productos específicos y chequeos periódicos.
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