Cómo transportar a un gato al veterinario en su primera visita
Tal vez ya estés acostumbrado al proceso de llevar mascotas al veterinario, pero si no es así, vale la pena que dediques un tiempo a comprenderlo y a saber cómo asegurarte de que tu gatito esté lo más cómodo posible en todo momento.
Instrucciones para elegir el veterinario de tu gatito
Es posible que cuando recibiste a tu gatito te hayan recomendado que siguieras llevándolo al mismo veterinario. Si esto no es posible, por cualquier motivo, tenés que elegir una clínica para tu mascota.
Algunos factores que hay que considerar para elegir una nueva clínica veterinaria son los siguientes:
- La reputación local de la clínica
- La cercanía a tu casa
- Cómo llegar
- Si podés estacionar fácilmente
- Si la clínica está limpia y bien mantenida
- Si los archivos de las mascotas se mantienen actualizados
- Si envían recordatorios de las vacunas en los controles de salud
- Qué programas de medicina preventiva implementaron
- El nivel y la gama de equipos que tienen
- Cómo organizan los servicios de emergencia o fuera del horario normal
- Si ofrecen consejos nutricionales para tu mascota
- Si el enfoque es adecuado para las necesidades de tu gato
Desde hace algún tiempo, los profesionales que son conscientes de las necesidades especiales de los gatos han adoptado un enfoque "amigable para los gatos". Estas clínicas están diseñadas en función de las necesidades de los gatos, con horarios de cirugías o salas de espera especiales solo para gatos. Hay dispensadores de feromonas calmantes, iluminación difusa, un ambiente tranquilo y un enfoque especialmente paciente y atento. Todos estos elementos permiten a los veterinarios, dueños y gatos realizar consultas o recibir atención en las mejores condiciones.
Cuando los gatos son realmente poco cooperativos, o quizás incluso agresivos, durante las visitas al veterinario es porque están asustados y no tienen otra forma de responder a las "amenazas" de las que se sienten víctimas.
Qué hacer antes de llevar a tu gatito al veterinario
Tu veterinario considerará tu información, como dueño del gato, que le resultará muy útil para decidir qué vacunas son necesarias.
Antes de realizar la visita, revisá el libro de registro de salud de tu gato. Puede ser útil anotar cierta información, como la dieta del gato (marca, cantidad, etc.), hábitos de consumo de agua, ambiente y si notaste algún cambio en la alimentación, en su digestión o en su conducta.
Mantener un registro escrito de los antecedentes médicos de tu gato y los tratamientos anteriores puede ser muy valioso. Idealmente, mantenelo en su carpeta médica.
Transporte de tu gatito al veterinario
Por razones de seguridad, tu gato debe viajar en una jaula para gatos diseñada especialmente con ese propósito. Lo ideal es que tu gatito ya la conozca. Para facilitar las cosas, si pensás ir pronto al veterinario, dejá la jaula abierta en un rincón de la casa donde le guste ir al gatito varios días antes de la consulta.
Podés rociar feromonas calmantes y colocar una manta que ya tenga el aroma del gato en el interior. Esto ayudará a que tu gatito se acostumbre a la jaula y a que se sienta seguro, protegido de miradas indiscretas. Si la jaula tiene un lado abierto, cubrila con una manta o toalla para que quede menos expuesta.
Instrucciones para controlar a tu gatito en el veterinario
Para que las visitas al veterinario tengan el menor impacto posible, podés seguir algunos de estos consejos útiles:
- En la sala de espera, dejá a tu gato en su canasto y colocalo en una superficie elevada, como una silla.
- Tratá de no hacer movimientos bruscos y sacá al gato suavemente para ponerlo en la camilla de examinación.
- Algunos gatos se sienten tranquilos en su jaula. Si este es el caso, retirá la parte superior para que el veterinario pueda revisar al animal.
- Hablale al gato con una voz suave y mantené la calma. Si te ponés nervioso, tu gato lo sentirá y se estresará todavía más.
- Podés confiar en los profesionales: tu equipo veterinario está acostumbrado a tratar con gatos, incluso con los que no cooperan. Si intentás intervenir, no solo estorbarás, sino que podrías salir lastimado.
- Algunos veterinarios hacen visitas a domicilio. En este caso, encerrá al gato en una habitación, preferiblemente una que no tenga muchos escondites. Recordá que para algunas consultas tendrás que ir hasta allá con tu gato.
- Un gato asustado puede empeorar una enfermedad, especialmente si tiene problemas respiratorios o si sufrió un accidente. Lo mejor en estos casos es mantener la calma y tranquilizar al gato con caricias y una voz suave.
- Si hay que internar a tu gato, de ser posible, elegí un lugar que tenga en cuenta sus necesidades específicas. Si la visita se planificó con anticipación, por lo general, podés llevar el almohadón de tu gato o su manta favorita, o incluso una prenda de vestir que hayas usado que esté impregnada de tu olor.
De vuelta a casa después de la consulta veterinaria
La mayoría de las veces, a los gatos les fascina volver a su entorno familiar. Cuando vuelvas de la clínica veterinaria, dejá que tu gato se acomode tranquilamente.
En general, los gatos (si están lo suficientemente sanos para hacerlo) siempre quieren asegurarse de que no se hayan movido los muebles, que el jardín aún esté allí y que la bandeja sanitaria sea la suya.
Es muy común que inspeccionen sus lugares favoritos y froten la frente o afilen las garras para dejar su olor.
Sin embargo, en hogares con varios gatos, deberás tomar algunas precauciones para tener un regreso feliz y sereno a la comunidad felina.
Volver a presentar tu gatito a otras mascotas
En grupos bien establecidos de gatos, cada uno conoce a los otros y han intercambiado regularmente "firmas olfativas".
Puede suceder que un gato abandone el grupo temporalmente y, cuando regresa a la casa, sus compañeros ya no lo reconozcan, lo que puede provocar ansiedad o incluso peleas.
Por lo tanto, es necesario tomar ciertas precauciones cuando el viajero regrese a casa nuevamente.
Estas precauciones también se pueden usar cuando se introduce un recién llegado, sea cual sea su especie:
- Primero, asegurate de que la atmósfera en la casa sea pacífica, rociando feromonas sintéticas.
- Para que el recién llegado tenga un olor "local", podés frotarlo con un paño con el olor de un gato que no haya salido de la casa.
- Si es posible, colocá en la caja de transporte una funda que hayan usando gatos que no se hayan movido, de modo que el gato que llega a casa reconozca el olor de sus compañeros.
Un encuentro estresante antes, durante o después de una visita al veterinario puede dejar una impresión duradera en tu gatito y hacerlo más reticente a las consultas en el futuro.
Dar estos sencillos pasos para garantizar que este proceso sea tranquilo y relajado significará que tu gato se sienta más cómodo y seguro al visitar al veterinario cuando sea adulto.
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