Enfermedades en la piel de los gatos: Síntomas y causas

Desde pulgas y garrapatas, hasta deficiencias en la dieta, hay muchos motivos por los que tu gato puede estar mordiéndose, rascándose o sufriendo picazón. Obtené más información sobre estas enfermedades comunes de la piel y cómo tratarlas.

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Gato adulto sentado al aire libre rascándose la oreja.

La piel de tu gato es un órgano grande que necesita micro y macronutrientes para mantenerse saludable. Cualquier cosa que interfiera con la absorción de estos nutrientes afectará la piel y el pelaje de tu mascota. Afortunadamente, todas las enfermedades comunes de la piel se pueden tratar, ya sean problemas internos o externos.

Infestación parasitaria en gatos

Los parásitos que se adhieren a la piel de tu gato pueden causar irritación y malestar, lo que a veces provoca la caída de pelo u otros problemas perceptibles.

Las pulgas son un problema tremendamente común entre los gatos. Estos pequeños parásitos se quedan en la piel de tu gato, lo que provoca que el gato se rasque, se lama y se asee para calmar la picazón. Esto puede provocar bolas de pelo a medida que tu gato ingiere grandes cantidades de su propio pelaje. Los gatos también pueden desarrollar dermatitis si se vuelven alérgicos a las picaduras de pulgas, que suele ocurrir si estuvieron sobreexpuestos a picaduras de pulgas. Esto puede suceder según la historia personal del gato y la exposición previa a las pulgas.

Las garrapatas logran subirse a tu gato cuando están afuera. Se pegan al cuello y las orejas causando inflamación. Algunos tipos de garrapatas se encuentran en las plantas en ciertas épocas del año y pueden infestar a los humanos y a otros mamíferos, así como a los gatos.

Si notás que tu gato se rasca sin parar y tiene mucha cera negra en la oreja, puede tener ácaros del oído. Estos ácaros viven en el canal auditivo y provocan dolor de oído, lo que puede ser muy incómodo.

Si bien tu gato no siempre se sentirá irritado o se rascará, la tiña de todas maneras puede causar problemas en la piel. Este hongo microscópico ataca el pelaje de tu gato en la raíz, oscurece la piel y provoca la caída del pelo.

Todas las infecciones parasitarias se pueden curar con una combinación de soluciones orales, en spray, tópicas y ambientales que tu veterinario te recetará. En el caso de las pulgas, es importante que no uses productos diseñados para perros en tu gato, ya que pueden ser mortales.

Veterinario tratando a un gato adulto acostado en camilla de exploración.

La dieta de tu gato y enfermedades de la piel

El pelo de tu gato está compuesto por proteínas en un 95 %, y el crecimiento del pelo y la renovación de la piel utilizan hasta el 30 % de la ingesta diaria de proteínas de tu mascota. Por lo tanto, una deficiencia de proteínas en la dieta de tu gato puede provocar una piel y un pelaje de mala calidad, por ejemplo una piel escamosa, pelo que se cae fácilmente, pérdida de color, crecimiento deficiente, y pelo fino, opaco o quebradizo.

Si a tu gato le faltan ácidos grasos esenciales, como los ácidos grasos omega 3 y omega 6, también es posible que notes problemas como piel grasosa o seca y pelo con un brillo apagado. El gato no puede sintetizar algunos ácidos grasos esenciales, por lo que estos deben formar parte de su dieta diaria.

Darle a tu gato un alimento completo y equilibrado es la forma más sencilla de protegerlo contra estas deficiencias. También podés conseguir alimentos formulados para gatos que sufren problemas dermatológicos, lo que aumentará la calidad de su piel y su pelaje.

Relaciones entre el estilo de vida y las enfermedades de la piel de un gato

Si tu gato pasea regularmente en el exterior, podés observar que es propenso a acumular desechos ambientales que le irritan la piel, como astillas o semillas de césped. Cuando el gato vuelva de sus paseos, no te olvides de sacarle estas partículas, para evitar que se rasque o que le pique.

También podés notar que, ocasionalmente, tu gato tiene marcas de dientes de otros animales (sobre todo si no está castrado). Si los gérmenes entran en la herida, estas mordeduras pueden convertirse en abscesos, y provocar hinchazón, piel inflamada y fiebre. Tu veterinario hará una limpieza profunda de la herida como tratamiento.

Bañar a tu gato es una buena idea, pero tené cuidado de usar productos diseñados para gatos únicamente, ya que estos tienen una piel más ácida que los humanos. El champú para humanos puede terminar irritándolos y causarles problemas en la piel.

Si pensás que tu gato podría estar sufriendo una afección o enfermedad cutánea, consultá a tu veterinario de inmediato. Podrás iniciar el tratamiento en seguida y evitarle a tu gato cualquier otra molestia.

Maine Coon adulto parado en blanco y negro sobre un fondo blanco

Buscá un veterinario

Si tenés alguna duda sobre la salud de tu gato, consultá a un veterinario para obtener ayuda profesional.

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