Caspa y piel seca en los gatos: qué es y cómo tratarlas
La piel es el órgano más grande de un gato y uno de los más importantes en la protección contra infecciones, parásitos y agentes irritantes. También puede verse afectada por la caspa.
¿Qué es la caspa en los gatos?
La caspa aparece cuando las glándulas sebáceas empiezan a producir un exceso de grasa. La grasa nutre y protege la piel de los gatos; no obstante, si la cantidad es excesiva, puede causarles irritaciones, descamaciones y una pérdida de pelo superior a lo normal. Si ves escamitas blancas en el pelo o en la cama de tu gato, significa que tiene caspa.
Su piel tendrá un aspecto seco y es posible que esté inflamada. También notarás que se lame o se rasca con más frecuencia de lo normal y es posible que observes calvas irregulares o una pérdida de pelo general.
¿Qué causa la caspa en los gatos?
Si tu gato tiene caspa, los motivos pueden ser varios. La caspa es uno de los síntomas de la tiña, una infección por hongos en la que las esporas penetran en la piel del gato a través de un mordisco o un rasguño y atacan a la capa más externa. Además de la caspa, también podrías observar parches irregulares o circulares de pérdida de pelo, cabello débil o quebradizo y zonas de la piel enrojecidas. Esta enfermedad altamente infecciosa puede tratarse, pero resulta esencial que acudas al veterinario en cuanto detectes cualquiera de estos signos.
La dieta del gato también puede ocasionarle caspa si el alimento que come es deficiente en una serie de nutrientes que son esenciales para que su piel se mantenga saludable. El proceso de renovación de las células cutáneas demanda hasta el 30 % de su ingesta diaria de proteínas, por lo que cualquier alimento que consuma deberá incluir proteínas de alta calidad y altamente digestibles.
Los ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 contribuyen a la salud general de la piel y, debido a que el gato no puede sintetizarlos, deberán incluirse necesariamente en su dieta. Algunas vitaminas, como la vitamina A, también contribuyen a la salud de la piel, regulando el crecimiento de las células y la producción de lípidos.
El estilo de vida es otro factor que puede hacer que el gato desarrolle caspa. En entornos demasiado cálidos, su piel puede sufrir sequedad, la cual desencadenaría una producción excesiva de lípidos, generando la caspa. Esto, junto con el aseo excesivo, son problemas habituales en los gatos de interior. Si lavas a tu gato con regularidad, el uso de otros productos que no sean champús para gatos podría irritar su piel; esta tiene un pH más ácido que el de la piel humana, por lo que los productos de higiene diseñados para nosotros no resultan adecuados para los gatos.
¿Cómo puedo tratar la caspa en mi gato?
Si has identificado caspa en tu gato, es importante llevarlo al veterinario, ya que puede tratarse de tiña u otra infección parasitaria. Si el gato tiene tiña, el veterinario la tratará en tres fases: primero tratará el pelo infectado, después eliminará las esporas restantes y por último desinfectará el entorno del gato. Si la caspa la provoca otro tipo de parásito, el veterinario te aconsejará sobre el mejor tratamiento.
Dar al gato un alimento completo y nutricionalmente equilibrado es una de las mejores maneras de favorecer la salud de su piel y prevenir afecciones como la caspa. Si tu gato es especialmente propenso a enfermedades de la piel, también puedes optar por un alimento específico para favorecer y mantener una buena salud cutánea. Igualmente, conviene prestar mucha atención al entorno y al estilo de vida del gato para asegurarse de estar haciendo todo lo posible en cuanto a su bienestar.
Por lo general, la caspa en gatos tiene fácil tratamiento; visita al veterinario para que te aconseje; estará más que encantado de darte ideas sobre cómo mantener saludable la piel y el pelo de tu gato.
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